En realidad fueron 39 días y diez horas.

Tampoco Cristo ayunó completamente, se sospecha que ingirió algún alimento que “pasaba por allí”.

La Sociedad de Estudios Apócrifos de Jesús asegura que el Maestro se tomó por lo menos un par de horas de la cuarentena para realizar “actos impuros, impíos y terrenales”. Entre estos actos, la SEAJ cita, textualmente: “Mirar al horizonte a ver si va a llover (¿en el desierto…?), desentumecerse brazos y piernas, desenredarse la melena, por si pasaba alguien por allí (¿en el desierto…?), etc.”

Pero no acaba aquí la cosa: Por lo visto, en el lugar donde se supone que Jesús realizó la cuarentena, una expedición compuesta por arqueólogos y teólogos de la Universidad de Lloveras de Dalt, comarca del Penedés, ha encontrado restos digeridos de gibas de camello, escorpiones y de un buitre que por lo visto se acercó demasiado a Cristo.

Se cree que el buitre fue engañado por la inmovilidad de Jesús. Al hallarse éste en postura meditadora durante días, el animalito creyó que Jesús estaba muerto y en proceso de descomposición.

Una teoría que ya formuló en su momento Nietzsche y que es seguida por millones de ateos de todo el mundo, por cierto.

Xavi Demelo

Periodista Apócrifo

Imagen de Kingrise en Pixabay