Una estudiante de uno de mis cursos me hizo esta consulta sobre relaciones “especiales”:

Pregunta:

Apreciado Xavi
Primero de todo quisiera comentarle que vivo una situación muy difícil en mis relaciones (esposo y hermanos)… imagino que eso es lo que llama el libro relaciones especiales… yo diría que los problemas son los mismos con todos ellos, en fin me he dado cuenta que la sumatoria de los conflictos que vivo con mis hermanos (que viven en otro país) es igual a todos los conflictos que vivo con mi marido….
Después de muchas reflexiones y años yo he decidido alejarme de mis hermanos (cosa que ha sido más fácil por la distancia) de otro lado lucho desde hace años para lograr alcanzar mi independencia de mi relación con mi marido que es una relación malsana… desafortunadamente aun no lo consigo!
Mi duda es como interpretar de la parte del Prefacio lo siguiente:
«las necesidades de nuestros hermanos se vuelven las nuestras, porque son los compañeros en la jornada de regreso a Dios. Sin nosotros, ellos perderían el rumbo. Sin ellos, nosotros jamás podríamos encontrar el nuestro».
¿Cómo interpretar esto cuando se sabe que uno lo que debe hacer es liberarse de relaciones que le hacen mal y que son de mucho egoísmo y utilización?
Mil gracias por su ayuda, aprovecho para felicitarlo pues sus charlas me encantan
M.

Respuesta:

Hola, M.

Las relaciones son el campo de trabajo donde aplicamos los principios del curso. Nuestras relaciones, desde el sistema de pensamiento del ego, son fuente de juicios, interpretaciones y, sobre todo, es donde proyectamos nuestra sombra, aquello que no nos gusta de nosotros mismos, buscando siempre culpables afuera de lo que creemos que nos pasa. Llámese jefe, marido, gobierno, asesino en serie, ayuntamiento, Dios, esposa, hijo, etc. Y eso tiene un nombre: victimismo. Y también ataque, aunque creamos que es una defensa, ya que toda defensa es un ataque. El hijo de Dios no necesita defenderse porque no hay nada real contra lo que defenderse.

UCDM habla de un tema fundamental: El cambio de propósito en las relaciones. En lugar de juzgar al otro, hay que ver más allá: hay que tomar conciencia de que los demás están ahí para reflejarnos aquello que debemos perdonarnos a nosotros mismos. Una relación «malsana» sirve para recordarnos y perdonarnos lo malsano de la relación con nosotros mismos, una relación que juzgamos «egoísta y de utilización» por parte del otro sirve para que tomemos conciencia de nuestro propio egoísmo y de cómo nos utilizamos a nosotros mismos, de nuestra propia falta de coherencia entre como pensamos, sentimos y actuamos (Y eso es lo que nos enferma, esa falta de coherencia). Para que tomemos conciencia y nos perdonemos, una y otra vez si hace falta, ya que el programa del ego es muy profundo.

El estudio de UCDM y la práctica del perdón hacia uno mismo desemboca en la conciencia de que el otro está aquí para que yo despierte y, evidentemente, yo estoy aquí y ahora para que otros despierten, por eso te dice UCDM que «solos, no podríamos encontrar el rumbo». Los demás son nuestro rumbo, los juicios que hacemos sobre ellos son nuestras oportunidades de perdón, las balizas que señalan el camino, donde debemos pararnos y decirnos: «Esto no es suyo, es mío, por tanto me lo perdono y se lo entrego al Espíritu Santo» Lo vea o lo entienda o no, porque el ego siempre quiere separar y te dice «Yo no soy así y él sí». Desengáñate; si tú no fueras así, si esa culpa no estuviera en ti, ni siquiera la verías. Te la ponen delante para que tú despiertes y te perdones.

Y si no lo haces, la situación se repetirá en tu vida una y otra vez, hasta que decidas tomar tu responsabilidad y hacer algo al respecto. Con diferentes personas y en diferentes situaciones. El Espíritu Santo te está diciendo: «Toma esto de nuevo y haz algo con ello de una puñetera vez «. Y entregando tu juicio a Quién sabe, irás redirigiendo tu pensamiento y también tu vida. Y los demás cambiarán, porque cambiará tu percepción de ellos. Tú no vives con ellos, sino con tu percepción de ellos, que es muy diferente. Tu pensamiento es creador, así que, si proyectas culpables afuera, estás atacando, y eso es lo que recibirás, ataque. Si proyectas perdón, eso es lo que recibirás.

Y eso NO quiere decir que en el mundo de las formas puedas decidir alejarte físicamente de tu hermano, pero siempre desde el perdón. Perdona a tu violador porque te está recordando en qué tú te violas a ti mism@, y bendícelo por eso, pero no hace falta que duermas con él. Recuerda que todos somos Uno, así que perdonándote tú, lo estás sanando a él.
Para «liberarte» de ese tipo de relaciones, hay que trabajar de dentro hacia afuera, y no al revés, hasta que te des cuenta de que esas relaciones están aquí para ayudarte a sanar y no para joderte la vida, como el ego quiere hacerte creer.

Creo que no hay momento en que mi ego de maestro (que lo tengo, seguro, me perdono desde ya, jejeje) se alegre más que cuando alguien me dice algo así: «Desde que me perdono, mi hermano, ex, marido, hijo, jefe, etc. han cambiado.» Y me pasa muy a menudo en los grupos de estudio. No han cambiado los demás, sino nuestra percepción de ellos, que es con la que vivimos. UCDM nos ayuda, mediante el perdón, a ir cambiando la percepción hasta llegar al conocimiento final.

Abrazos y gracias por permitirme aprender un poco más.
Xavi

Imagen de Ryan McGuire en Pixabay

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