O lo que sea…
Hallábase Quevedo paseando por la calle, buscando mentalmente un verso que rimara con otro que se le había ocurrido. Como solía hacer, iba repitiendo en voz alta la susodicha frase, que no verso aún, pues le faltaba su pareado. Decía así, una y otra vez: "O lo que sea..." - Y callaba, esperando que las musas lo favorecieran con ...